viernes, 9 de mayo de 2008

CARTAS REALES




miércoles, 6 de febrero de 2008

PUERTO LA LIBERTAD







jueves, 22 de noviembre de 2007

CUADERNOS DE MANUEL

domingo, 11 de noviembre de 2007

LA HISTORIA DE UNA TORTOLITA.

> Familia:


Quiero contarles una historia sobre una avecita conocida

como Tortolita.

> Ella está, desde hace cuatro días y noches entre un ciprés

de la jardinera que adorna, en una esquina, la cochera de la casa.

Como yo trabajo en el primer cuarto, que es mi estudio, la he podido

observar diariamente. El primer día que la vi, ahí solita y sin

amparo, me di cuenta que no podía volar. Le hablé con un sentimiento

que salía de mi corazón diciéndole: ¿Qué te pasa palomita, qué tienes?

qué te duele? Y ella movió sus ojos como respondiendo a mis palabras.

La verdad es que ella no ha comido durante estos días que ya se

hicieron cinco. Le he puesto agua y arroz al pie del palito, sin

embargo no bebe ni come. Eso a mi me mantiene a la expectativa. Qué

puedo hacer ante un caso así, pues no es común. Cómo un pájaro puede

vivir tanto tiempo sin comer, me pregunto. Cuántos días más estará en

el ciprés si no muere?

> Esta es una historia verdadera, y yo atestiguo aquí, el

ver y el sentir, y no puedo decirlo de otro modo en este mes de Mayo

que hoy termina. Son las once de la noche del último día. Apenas hace

seis que estábamos en el aniversario de la partida de Rolando, nuestro

hermano, el poeta, Y hoy, como un símbolo o mensaje, aparece esta

pobre palomita frente a mi ventana queriéndose morir. No puede ser que

en Mayo sucedan estas cosas.

> Algo les quería contar, y es esto lo que puedo contar.


Manuel.


> 31 de Mayo del 2005


> Bueno, Manuel, ya imagino la frustración que has de sentir al no

poder hacer nada por un ser vivo que está extinguiéndose. Te sugiero

que sólo le hables y ella poco a poco irá hacia donde tenga que ir.

Mayo sí es un mes de mensajes y pérdidas. Ya vés, Alfredo Espino,

Roque Dalton y Rolando se fueron en mayo ¿cuántos más que no sabemos?

> En cuanto a mensajes, hay una experiencia muy alentadora que tuvo

Mamá cuando Rolando se fue. Por unos 7 días llegó un pajarito a

cantarle por las mañanas desde una rama del jardín vecino. Mamá decía

que era Rolando. ¿Y si así fue? Creo que era un mensaje alentador...

Cony

viernes, 19 de octubre de 2007

Ya están tostadas las tortillas.

MANUEL

INTENTE ESTA MAÑANA ABRIR LA RENDIJA Y CHAS SE ABRIO COMO POR

MILAGRO.....QUE BIEN........ESCRIBELE A BENCASTRO PARA REEPETIRLE LA

NOTIIA, ADEMAS EN MIAMI ESTAN DE HURACANES

PASALA BIEN

RICARDO

From: Manuel Elias

To: jhumano@hotmail.com

YA ESTÁN TOSTADAS LAS TORTILLAS, LES FALTA SAL, PERO SE PUEDEN

SABOREAR. EL BRASERO ENCENDIDO NOS INDICA QUE PODEMOS CALENTAR AHORA EL

CAFÉ DE OLLA.

ABRE LA VENTANA DE LA RENDIJA. DONDE SE PUEDE VER AL MAGO Y A SUS CUATRO AYUDANTES DE LA REAL ORDEN SENTADOS; ACOMPAÑADOS DE LA PRIMERA DAMA LEVITANDO.

ABRE LA VENTANA, PUES YA ESTÁ ESCRITO EL DOCUMENTO GUARDADO

DE LA MAGIA CIBERNÉTICA. ÁBRELA Y BUSCA EN EL MENÚ LOS MANJARES QUE SE OFRECEN. ÁBRELA CON CUIDADO, ANTES QUE SE BORRE EN LA MEMORIA EL CONTENIDO.

DOMINGO URBANO.

(digitador sin sueldo.)

>Manuel Elias

>eliastauro@yahoo.com

>Tel 2320249 casa

lunes, 8 de octubre de 2007

CARTAS A VAN GOGH



Cartas a Van Gogh



Por Manuel Elías
A Bernardo Crespín




PRIMERA CARTA



“Lo que somos, esos somos.


Debilitados por el tiempo y


la fortuna, pero recios de


voluntad para fortalecernos,


para buscar, para seguir y no flaquear”.


San Francisco de Asís.







Ha pasado mucho tiempo, Vincent. El tiempo no ha podido borrar tu nombre.


Frente a mí, en la pared, tengo una reproducción de tu último autorretrato. ¿Te acuerdas? Tus ojos fijos en la distancia; tu barba cobijando el rostro frío y duro de vivir. Dureza que marca la angustia de tu vida.


El ritmo de tus pinceles se mueve en ese cuadro con el delirio del fuego. Un botón de tu chaqueta, desprendido del ojal, es como un lucero en el centro de tu pecho.


¡Cómo te gustaban las estrellas en las noches negras!


Desde esta mesa cubierta de piedras, te escribo hermano. Déjame hacerlo y que ésta no sea la última vez. Sé que esperaste mucho para hacer tu primera exposición. ¡Cuánto desprecio recibiste! ¡Cuánto incomprensión! ¡Cómo deambulaste por las calles de Montmartre, con tu cabeza agachada, mientras tus ojos chorreaban colores de tu alma!


Tú decías: “Je suis sain d´esprit”. Sin embargo, la gente te llamaba “loco” y en tu locura ibas construyendo tan bellos cuadros.


Desde esta mesa y esta pared, blanca de grises recuerdos, se despide tu hermano.




SEGUNDA CARTA




Hermano Vincent:



Veo tu cuartito aquel, en Arlés, donde la silla, la mesita de noche y el camastrón de madera crujen, cuando solo, en tu inmensa soledad, hablas en voz alta y te quedas parado frente a la ventana, haciendo tus bocetos con la pasión más grande que un artista haya podido plasmar en el papel.



En ese cuartito estalló tu alma en rojos y amarillos dándole a tu pintura un nuevo amanecer, porque de tu color nació la alegría. Tus cuadros testimonian ese momento.



Te veo tomar el carboncillo entre tus manos blancas, como de una pequeña flor.



En arlés pintaste el “sembrador” –ese cuadro patético- donde el sol sobre la cabeza del campesino quisiera iluminar la vida de ese ser humilde. El árbol quemado se inclina hacia él con un peso tremendo. Sólo el sol vive con su propia luz. Tus palabras: “Oh, cuán hermoso es el sol de aquí en pleno verano”, golpea en la cabeza y no dudo en absoluto que se vuelva uno chiflado.



Ahora bien: como yo lo estaba ya antes, no hago más que gozarlo mejor. “Reflejan el sentido alegre que tenías, aún en las peores horas de tu angustia y luego, de escribir tus cartas, caminabas por esas calles grises con tu Biblia bajo el brazo y te embriagabas con las estrellas.



¡Ah, hermano Vincent! ¡Cómo hubiera querido caminar a tu lado para decirte: aquí estoy, soy tu amigo...!



TERCERA CARTA



Sé que ha llegado tu amigo Gauguín al “Taller del Mediodía”. Tu pipa se enciende con el fuego de la amistad. ¡Ya no estás solo, Vincent; ha llegado un amigo a tu soledad; ya tienes con quien hablar en el mismo lenguaje.


Pero los amigos siempre nos fallan, Vincent. Te quedaste solo de nuevo en la casa amarilla, te cortaste la oreja. Olvidado en tu cama roja, como un muerto.


Estás confuso. Tu rostro demacrado. Tus ojos más tristes que de costumbre –mirando sin mirar- Tu corazón queriéndose salir de tu pecho como un pájaro moribundo. Al darte cuenta de que no se pueden construir castillos con unas cajas de cartón.


Te arrojan piedras, en tanto que Gauguín te traiciona, y abandona... Tú dirías poco después: “Bastará, espero, con que diga que me siento incapaz de volver a tomar un nuevo estudio y permanecer en él, aquí en Arlés o en otra parte...Sin embargo, he tratado de hacerme a la idea de volver a empezar, pero por el momento no es posible”.


Mientras veo las flores y tomo un sorbo de café, la voz de tu espíritu inunda mi ser con todos tus gritos ahogados por la sed de vivir o de morir.


En mi imaginación veo tu sombrero de paja, testigo de tus soleadas caminatas, como un pájaro cubriendo tu frente de genio hecho luz, color, purificado en el fuego de tu arte y de tu vida.


Te envío un cordial saludo desde esta tierra, con el deseo de volvernos a encontrar más allá de las estrellas, donde todavía están las espirales revolucionarias de tu pintura...



CUARTA CARTA



Pregunto dónde está Van Gogh, dónde Modigliani? ¿Qué hicieron con ellos los enmascarados?


Desde este sillón antiguo, desde esta mesa cubierta de piedras les escribo, hermanos.


Sé que Uds. Fueron aquellos a quienes les dieron la mano los hipócritas vestidos de ovejas. Luego les hicieron tragárselas hojas amargas del tiempo.


Hoy reviven sus palabras que antes sólo fueron balbuceos de unos niños delirantes.


Hoy hacen negocio con sus nombre. En los escaparates anuncian: “Este fue un gran artista, lea su historia”.


Los enmascarados siguen haciendo la historia. Sería bueno que alguien viniera a contarnos la historia de un enmascarado...



"Cartas a Van Gogh". Manuel Elías. AMATCAL, editorial impresora. Edición Rama. San Salvador, El Salvador, Centro América, 22 de febrero de 1977. Rolando Costa, editor; Carlos Alberto Hernánez, impresor; Alberto Ríos Blanco, colaborador de arte.

























viernes, 28 de septiembre de 2007

Mario de nuevo le estoy enviando mi correo electronico.

Estimado Manuel:
Traté de entrar en el sitio de internet que me envió, pero me encontré con varios problemas: 1) El texto es casi microscópico; imposible de leer, 2) El menú no permite hacer los enlaces del contenido. Favor de avisarme si estos problemas se han resuelto.

Con un saludo cordial,
MarioBencastro.
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Estimado Mario:
Le envío un saludo y también le notifico que ya puede abrir la pág. WEB: www.larendija.com
Me avisa si la pudo ver.

Manuel Elías.

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Estimado Manuel:

Muchas gracias por La Rendija, a la cual le haremos promoción en ArteNet cuando las cosas se normalicen aquí en Florida donde, desde hace una semana, estamos pasando situaciones bastante críticas: sin electricidad, agua potable, teléfono. Dicen que todo se arreglará en una semana. Veremos.

Mientras tanto, saludos cordiales,
Mario Bencastro.

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Estimado Mario:

Esperamos se encuentre bien después del viento fuerte y que su familia se encuentre bien.

Hoy que está funcionando el espacio de la Rendija, sería bueno que Ud. anucie en Arte-Net la página www.larendija.com
Esperamos verla en Arte- Net.

Saludos.
Manuel y Ricardo.
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Mario:
Con mucha dificultad hemos podido al fin, poner la página. Ya puede entrar a ella. Sin embargo adolece de errores ortogáficos que se van a solventar pronto. Esperamos mejorarla en el transcurso del tiempo.

Si Ud. puede anunciarla a través de Arte-net, se lo agradeceremos mucho.

Atentamente:
Manuel Elías.
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Estimado Manuel:
Muchas gracias por enviarme su nueva dirección electrónica. También le agradezco la linda postal. No le había contestado porque en estos días estoy bastante atareado por la publicación en EEUU de mi nueva novela "Viaje a la tierra del abuelo". Y como si eso fuera poco, acabo de cumplir 55 años de edad y he decidido jubilarme tempranamente de mi trabajo en Análisis de Sistemas de Computación, y mudarnos con mi esposa de Washington DC a Puerto Santa Lucía, Florida, para cambiar de clima y de vida, y dedicarme cien por ciento a la literatura. Así que todo eso se me ha juntado, y quiera Dios y el Destino que todo me salga bien. Es un gran paso en mi vida, como usted se podrá imaginar. Creo que tomar estos pasos es necesario para cambiar de vida y rejuvenecerse. Me siento agradecido con la vida porque me da esta oportunidad de cambiar de dirección, de clima, de casa, de trabajo racional a trabajo artístico. En Puerto Santa Lucía tambien vive nuestro amigo el pintor Carlos Mejía, con quien seremos vecinos. Espero que usted y su familia se encuentren bien. No deje de escribir y de enviarme sus escritos. Con un abrazo cordial,
Mario Bencastro.

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Mario de nuevo le estoy enviando el nuevo correo mio.
eliastauro@yahoo.com
espero me envíe lo último de Artenet
Manuel Elías

lunes, 24 de septiembre de 2007

La casa de los Massana en Suchitoto.

Nota del editor: estos correos se originaron del relato titulado "La casa de los Massana en Suchitoto" (también publicado en MEMORIALES página principal).

Para: conyelias01@yahoo.com

Hola Cony.

Gracias por tus sugerencias y conceptos escritos en anterior correo, el cual lo he recibido con mucha atención de mi parte.

Creo que se podría hacer mucho con ese primer borrador que
pretende recordar todo lo vivido en Suchitoto.
A mí las ganas no me faltan para seguir tecleando en este tablero digitador y contemplador del "escribidor" informal que soy. Sin embargo algo me detiene para continuar y a veces prefiero guardar los textos en el disco duro para
después sacarlos a la luz, cuando haya pasado algún tiempo, que es cuando la gramática funciona mejor; pues las tildes y las comas se me escapan fácilmente, así, como también, las palabras correctas.
De todas maneras, lo que tú sabes de Doña Teodocia, me parece fundamental para agregarlo en el trabajo que hoy por hoy, sólo ha sido el primer intento por abordar ese barco en el que tú, Rolando, mamá y yo, nos dirigimos un día hacia esa tierra de chiltotas y ríos con riberas limpias donde el campesino se lavó los pies por primera vez después de la Conquista. Hablo del barco del recuerdo.

Manuel.
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Para: "Manuel Elías"

Fecha: domingo 29 de agosto de 2004

Asunto: la casa de los Massana en Suchitoto

Hola Manuel.

Me gustó el relato y me hizo recordar los años más
felices de mi niñez. El olor y el sabor de la comida
siempre ha estado conmigo, recuerdo la esencia de café
para la leche; y la salsa inglesa (proveniente de
Inglaterra, efectivamente). El Viernes Santo comíamos
bacalao con garbanzos y los viernes de cuaresma el
arroz llevaba garbanzos también. Me atrevo a sugerirte
que hagás varios relatos, comprendidos en Recuerdos de
Suchitoto.

Don Manuel, a quien llamé papá, era directo en su hablar,
quizá ateo o masón pero noble de corazón. En su
agonía por el cáncer del hígado, yo de apenas 5 años,
con una velita encendida, dí vueltas alrededor de su cama
de moribundo, dizque como angelito, para ayudarlo a
bien morir. Es la agonía más triste que yo recuerdo
de un ser humano, quien era "mi papá". Cuando murió
quedé huérfana, pues nunca supe lo que es un papá.

Doña Teodocia, en su mecedora de inválida y con un
chal sobre sus hombros, tejía bellezas en crochet; o
rezaba el rosario. Me contaba de los grandes campos
que su padre sembraba (en España) de coles (repollos
para nosotros), y también de todo lo que sufrió al
lado de la tía Conchita (q.e. p.d.).

Cony
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Hola Cony.

Ronald me ha pedido que hable otra vez de mis experiencias que viví en Suchitoto. Aquí lo complazco con este borrador en letra chiquita.

LA CASA DE LOS MASSANA EN SUCHITOTO.

Por supuesto no sólo vamos a hablar de la casa, sino también de don Manuel y la señorita Teodocia, españoles de origen. Los dos eran hermanos.

La casa era enorme. Cubría casi, una manzana de terreno, ubicada frente a la plaza central del pueblo. Al frente podía observarse la blanca iglesia con sus campanarios con cúpulas relucientes de platos cerámicos, a los que se llegaba por un interminable caracol de baldosas derruidas por el paso del sacristán encargado de sonar las campanas todas las tardes a la hora del ángelus.

Todo lo que sé y recuerdo de estos españoles que vivieron en este pueblito encantador de calles empedradas, de casitas blancas, caballos, mulas, conejos, palomas de castilla; lo iré consignando en este recuento de lo vivido en ese lugar maravilloso donde como niño me tocó ver y sentir.

Don Manuel era de oficio mecánico. Constructor de muebles pintados a duco y además estaba al frente de la tienda en la que atendía a los campesinos en día domingo cuando llegaban a comprar pilas para lámpara, o algún corte de dril para el pantalón del estreno y lucirlo en alguna fiesta campesina.

Por un rato dejaremos a don Manuel y a su única hermana en su casa. Nos iremos por ahí caminando hacia el río, al Río Lempa. Pasaremos por lo que ahora es la casa de Alejandro Cotto, luego seguiremos cuesta abajo sobre la calle cubierta de polvo en pleno verano. Cortaremos jocotos que en esta época comienzan a madurar. Nos subiremos a los cercos de piedra donde suelen brotar la hermosa flor de izote y más de alguna lagartija nos saldrá a nuestro paso de cipote escuelero salido de las clases en busca de nuevas emociones...

Ya, frente a la ribera del río, nos encontramos con hermosas sandías cultivadas por los lugareños. Una barcaza cruza el ancho y caudaloso Lempa. Al otro lado un rancho de paja y árboles de amate forman el paisaje mientras unas codornices alzan el vuelo.

¡Quién tuviera alas para volar con ellas...!

REGRESO A CASA.

La cena está servida. Frijolitos volteados fritos con aceite de oliva, plátano al almíbar, café de olla, arroz a la valenciana con "petit-pois" , y el pan francés con ajo que no podía faltar. Todo este manjar preparado por la negra cocinera que allá en la amplia cocina de cuatro hornillas con chimenea y con leños encendidos todavía, se preparaba para llevar algo de comer en una canasta de bambú a sus hijos y a su esposo Adrián, quien más parecía un jugador de fútbol del equipo Santa Lucía que un obrero con empleo. (primera parte).

Pintar un retrato es difícil, no digamos describirlo en palabras. Pero haremos el intento.

Don Manuel Massana era un señor de alta estatura, vestía casi siempre un holgado overol con tirantes.

(Paréntesis personal).

Se preguntaran algunas personas el por qué escribo estas cosas cuando lo mejor sería ponerme a hacer ejercicios físicos como levantar pesas o manejar una bicicleta de turismo o de montaña e irme a mover las piernas sobre la calle nueva hacia Nejapa y Quezaltepeque donde podría encontrarme con mi doble en una de esas modernas pasarelas construidas con el sudor de la frente de tanto obrero mal pagado.

Se preguntarán esas personas por qué estoy usando esta extraña máquina computadora, en la que no encuentro la clave para transferir un texto guardado y poder enviarlo p0r correo electrónico a la dirección de un alma como la de mi amigo Urbano, mi doble hermano, quien posiblemente me esté esperando en el barandal de la pasarela sobre la pista que conduce al pueblo donde nació el pintor Noé Canjura.


Tantas cosas supongo, se preguntarán

Lo que yo podría decir, si es que me lo preguntaran directamente, sería: que no tengo respuesta ante tantas y tan variadas interrogantes. Al final, el único que puede responder por mí sería mi gran amigo Domingo Urbano, quien por ahora se encuentra ausente, gozando de unas largas vacaciones allá en La ANTIGUA donde todo es tranquilidad y los turistas pueden pasear en chores, sombreros y chancletas.

Mi doble es Genaro a secas, y anda por ahí con una libreta de dibujo haciendo apuntes en plena calle.

Agosto, 2004.






















martes, 18 de septiembre de 2007

Aquí en El Salvador hay que abrir Muchas pequeñas galerías.

Sábado 24 de agosto del 2004.
Estimado Ricardo:

"Aquí en El Salvador hay que abrir muchas pequeñas galerías de arte. Sacar algunas obras del actual museo llamado MARTE y exponerlas en estas galerías pequeñas para que todo mundo tenga acceso a ellas" -manifiesta el pintor Antonio Bonilla ante la mirada incrédula del escultor y cinasta Julio Reyes, quien al parecer no está de acuerdo con semejante idea.
Al otro lado de la calle se ve venir a paso lento al famoso crítico de arte Jorge Cornejo. Ya sentado junto a nosotros, Jorge comienza a hablar de lo que siempre habla. De los malos y buenos pintores y cómo él ha vivido sumergido por mucho tiempo en el estanque histórico de las artes plásticas, le dejamos decir lo que él siempre ha dicho, y se extiende como una sabia cotorra contándonos e ilustrándonos sobre el arte de la pintura. Nosotros no intervenimos para nada, salvo Antonio, quien siempre está dispuesto a discutir sobre algunos puntos ciegos que Cornejo, por razones del olvido, no logra esclarecer. La cerveza bien fría que Antonio Bonilla embulle, tiene una etiqueta pegada en la que se lee: "La nueva bohemia". Texto del que pienso podría servir para titular estas conversaciones irrelevantes de un grupito de artistas marginados por el tiempo y la soledad.
NOTAS DE DOMINGO URBANO.
Pasá la nota.
Manuel Elías
Tel 2320249 casa

Margaritas a los cerdos?

Martes 10 de Agosto del 2004.

Estimado Ricardo Humano:


¿MARGARITAS A LOS CERDOS?

NO REGUÉIS FLORES EN LODAZALES Y PEDREGALES, PORQUE EL LODO Y LAS PIEDRAS SE JUNTAN PARA FORMAR LA ARGAMAZA DE EMPRESAS PERIODÍSTICAS, DONDE EL DEPORTE DEL FÚTBOL Y LA FARÁNDULA SE OFRECE COMO DESAYUNO DIARIO; CON EL QUE SE ALIMENTA EMOCIONADO TANTO LECTOR APENDEJADO.

Domingo Urbano.
Manuel Elías
Tel 2320249 casa

domingo, 16 de septiembre de 2007

Alexandra Alex Ale.

Lunes 30 de agosto del 2004

Alexandra Alex Ale:

Por fin, de tanto insistir como un desesperado, pude entrar y leer tu correo: sólo lectura. Que es un poema a la vida escrito con mucha tristeza a ciertas horas- cuando a uno le sale el alma y dan deseos de volar...como tú dices.

Hoy que te encuentras postrada allí, junto con tu conciencia y almohada particular, no se me ocurre más que desearte una pronta recuperación y que el día de mañana amanezcas pensando en tus proyectos de futura cineasta.

"Gracias a la vida" es una canción muy reconfortante para animarse a seguir y tal como diría tu tío Roland, "La vida es un camino. Caminemos”. Con este pensamiento me despido, deseándote lo mejor por tu salud.

Tu tío Manuel.

Manuel Elías

eliastauro@yahoo.com

Tel 2320249 casa